El Loco del Tarot: ¿loco o terapeuta?
Será Francesco Piscina en 1564 en su ensayo sobre la importancia del orden en las cartas del Tarot quien afirmara “que el loco se ubique como primera carta encuentra su razón de ser en que significa el inicio y el fin de la vida humana”
Pero, ¿de qué vida habla? O, mejor dicho, ¿a cuál de todas nuestras vidas hace referencia? Y si bien, como señala este antiguo ensayo, el “buen orden” de los arcanos basta para probar que su inventor fue un buen y leal seguidor de la fe católica y cristiana, ello no quiere decir que no podamos verlos también desde la visión de otras filosofías y cosmovisiones.
Este loco es el niño y el viejo; el inicio y el final, es el caos previo a la materialización, el alma previa a la encarnación. Pero vale recordar que el alma no viaja sola. Junto al alma viajan los llamados samskaras o huellas mentales, que hacen que nuestro inconsciente no esté solamente constituido, como afirmara Freud, por represiones de esta vida, sino que allí también se anidan aprendizajes, temores, y vivencias de miles de vidas ya vividas.
Este Loco en su bolso tiene mucho más de lo que cree tener, sabe mucho más de lo que es consciente y es allí donde radica la magia de la carta: saber que todo está en estado latente, que no es otra cosa que el caos previo a la materia.
Este Loco camina ajeno a aquella afirmación que lanzara Freud sosteniendo que la relación entre lo endógeno y lo exógeno debe ser vista como la relación entre lo disposicional y su propio destino; de hecho, este loco en parte se ríe del destino y lo hace porque lo conoce… se conocen.
Para el padre de la Psicología este “loco” no podría ser capaz de modificar su realidad por el simple hecho de considerar su neurosis o psicosis netamente endógena. Quizás el protagonista que vemos en la carta cero no lo sabe, o quizás, mejor aun, no le importa. Tal vez es consciente de que aquello que Sigmund entendía como endógeno se queda corto o estrecho a la hora de darle lugar en esa estructura, experiencias y huellas provenientes de otras vidas. Y por eso sigue caminando… sabe que hay mucho más y reconoce que su terapeuta, protagonista de otra carta que analizaré en otro momento, está pronto a ser encontrado, pero también que “ese” terapeuta puede ser, como lo fue tantas veces, su propio carcelero.
Este loco sabe de su rol como símbolo y depositario del aquí y ahora de su estructura social como bien definiría Pichon Riviere. Se sabe el portavoz de aquello que la sociedad por temor decide encerrar en un manicomio… siempre es más fácil esconder que enfrentar, aceptar y modificar; no lo quieren curar, sino más bien esconderlo para que la sociedad no sienta que están en riesgo sus falsas seguridades.
Por eso este loco es un loco diferente, no está en estado de crisis y, por ende, no necesita que nadie sostenga su miedo para que, libre de ese peso, pueda darse cuenta cuál es el objeto de su temor…
Este loco le da una vuelta de tuerca a su propia espiral dialéctica y se convierte en el terapeuta de quien lo mira afirmando, como lo haría Tato Pavlosky: “Te comprendo desde mi desesperación y te curo desde mi esperanza”. No tiene ni nunca tuvo obstáculos epistemofílicos que le generaran resistencia a la hora de tratar la locura de quienes mezclan las cartas; por el contrario, se permitió desde la transferencia convertirse en un gran maestro en la escuela de la vida.
Esta carta nos invita a revisar la escena cero, a reconocer y ponerle rostro a nuestros temores, a aceptar al niño que quiere seguir jugando, a caminar sin planificar cada paso. Esta carta nos exige evaluar, reconocer y trabajar nuestros propios obstáculos epistemológicos para poder seguir avanzando en nuestro sendero espiritual.
Quizás no goce de la “estabilidad” de los otros arcanos, pero se sabe el único superviviente entre todos ellos y desde su camuflaje en el “comodín” de la baraja española nos recuerda el valor del poder de adaptación que solo el supo tener.
Por eso sigue caminando, es loco y terapeuta, ya que como afirmaba el gran sabio Alfredo Moffatt el buen terapeuta no es alguien sano ni es tampoco un loco, es, en todo caso, un loco curado… y así sigue caminando, en la seguridad que este camino que recorre no es mas que el inicio de otros tantos inicios que ya ha vivido y, por lo cual fuera concebido como “la vida eterna” según la pluma de Lévi.
El mundo, - la carta del mundo - , no es ni lejana ni cercana; tampoco es un lugar donde quiere llegar, sabe que es, en todo caso, simplemente el fin de otra experiencia adquirida en su andar hacia la liberación final mientras ayuda a otros tantos como buen terapeuta ya curado.
-Deepak-
* Agradezco a mi querida María Laura Laviano por su apoyo siempre *
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2 Comentarios
Excelente nota. ¡Me encanta este arcano!
ResponderBorrarTe comprendo desde mi desesperación, te curo desde mi esperanza!!!! Que hermoso.......es como me siento en mi tarwa
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